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Destinado al éxito de Dante Gebel
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Descripción
Se han escrito cientos de libros que tratan acerca de cómo alcanzar el éxito en los negocios, la vida diaria y las relaciones familiares. Pero en esta obra, el reconocido autor sorprende con su estilo único y nos lleva a un viaje sin escalas a su corazón. En un recorrido singular y ameno, nos brinda las herramientas fundamentales para comprar nuestra propia libertad, lograr tener un toque distintivo en el ministerio, comprender la verdadera esencia del perdón divino, arriesgar más allá de nuestras posibilidades, cortar con las ataduras del pasado y lograr tener una estima sana y una vida digna. Gebel relata detalles íntimos que no son otra cosa que un compilado exquisito de los mejores mensajes del que muchos consideran el orador más extraordinario de los últimos tiempos.<>.En resumen, tienes en tus manos uno de los libros más esperados del autor, y al igual que <>, seguramente te desafiará a tener una vida en plenitud y lograr esos sueños tan postergados.
Ficha técnica
Editorial: Vida (21 junio 2011)
Idioma: Español
Número de páginas: 208 páginas
ASIN: B004OR17GQ
Leer libro completo
Fragmento del libro
—¿Si mañana tuvieras que bajar al sepulcro, qué crees que escribirían en tu lápida? La pregunta me cayó como un balde de agua fría, casi literalmente.
Uno no espera contestar algo así, y mucho menos por teléfono.
—Si logras darme una respuesta —me dijo mi amigo— te diré lo que ocurrirá con tu futuro, por lo menos en los próximos treinta años.
—Nunca consideré pensar en lo que alguien escribiría en mi tumba —contesté.
—Pues deberías. No sabes si mañana te tocará adelantarte en el camino a la eternidad. Y deberías saber qué dirán acerca de tu paso por la vida.
Convengamos en que uno no suele pensar en la muerte con regularidad, a menos que tenga una enfermedad mortal o el avión se esté moviendo demasiado. Además, cuando mi amigo me hizo aquella pregunta, yo apenas tenía veinticuatro años … la edad en la que cualquier mortal cree que será eterno.
—Únicamente si me das una idea de lo que alguien podría escribir en tu epitafio podré decirte lo que creo que Dios me dijo acerca de tu futuro. La oferta era tentadora. Solo tenía que pensar unas pocas palabras y este hombre me diría lo que cualquier ser humano querría saber.
—Bueno —dije pensando en voz alta— no se me ocurre nada ahora mismo … (sé lo que escribiría en la tumba de mi suegra, por ejemplo, pero nunca había pensado en la mía).
—No tienes que responderme en este preciso momento, puedes tomarte el tiempo que desees. Aunque si me permites un consejo, visita un cementerio. Es un buen sitio para comenzar.
—¿Por qué debería visitar uno? —Por lo general vamos al cementerio cuando despedimos a alguien y no solemos prestarle demasiada atención al entorno. Cuando muere algún ser querido, sientes demasiado dolor como para leer epitafios de personas desconocidas. Sin embargo, podrás tener una idea si visitas un cementerio. a modo de turismo.
La idea era macabra, pero confieso que me llamaba poderosamente la atención. Cuando uno se encuentra en la seria disyuntiva de resumir su paso por la vida en unas pocas líneas, debe preguntarse varias cosas trascendentales.
Lo que fuera que llegaran a escribir en mi lápida debía contener de forma breve algo que mi entorno no pudiera ignorar al recordarme. Siempre me han llamado la atención los funerales estadounidenses, sencillamente porque son distintos a los de los hispanos.
Mientras que nosotros nos dedicamos a la morbosa tarea de observar un cadáver y hacer comentarios patéticos como: «Se le ve bastante bien, parece que está dormido», la mayoría de los estadounidenses, en cambio, cierran el ataúd y hacen una bella ceremonia en honor al que ha partido.
Colocan una inmensa fotografía de la persona, entretanto sus familiares y allegados más íntimos dicen algunas palabras acerca de cómo fueron inspirados o afectados por ese ser que acaba de cruzar el umbral de la eternidad.
Alguien menciona su canción favorita, aquello que le gustaba comer, o los sitios que le gustaba visitar en las vacaciones.
Otros cuentan alguna anécdota que hacer reír al público entre lágrimas. Sus hijos recuerdan su frase preferida. Y alguien más invita a los congregados a cantar aquella vieja canción...
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